CUAL ES TU REACCIÓN ANTE UNA INJUSTICIA A TU PERSONA?

Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad. En esto sabremos que somos de la verdad, y nos sentiremos seguros delante de Él: que aunque nuestro corazón nos condene, Dios es más grande que nuestro corazón y lo sabe todo. Queridos hermanos, si el corazón no nos condena, tenemos confianza delante de Dios, y recibimos todo lo que le pedimos porque obedecemos Sus mandamientos y hacemos lo que Le agrada. (1 Juan 3:18-22) ¿Te han acusado, malinterpretado o criticado falsamente? ¿La gente te ha juzgado sin escucharte, ha hecho suposiciones sin hacer preguntas o malinterpretan tus palabras o intenciones? Si es así, desafortunadamente esto es parte del dolor del creyente, sin embargo, aún puede responder de manera piadosa y, a su debido tiempo, Dios ayudará a su corazón a sanar. Pues “El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido” (Salmo 34:18). Las personas que han hecho esto o que continúan haciéndolo no pueden entender, no te conocen y no conocen tu caminata con el Señor. No saben el tiempo que pasas con Él, por lo que no pueden entender, pero creen que lo saben. No podemos controlar la forma en que otros nos tratan, pero somos responsables de responder correctamente. Y aunque siempre debemos pedirle al Señor que escudriñe nuestros corazones y nos convenza de cualquier pecado, ayudándonos a arreglar las cosas con Dios y el hombre en vista de cualquier pecado que Él revele, nunca debemos permitir que los malentendidos o las falsas acusaciones de las personas socaven nuestro conocimiento de Cristo o nuestra identidad en Él. La concepción errónea de las personas sobre usted no te define. No definen tu corazón, tu identidad o tu ministerio. No definen tus intenciones o potencial futuro. Las personas pensarán lo que quieran, pero tienes que estar firmemente ante Dios y seguir solo el liderazgo del Espíritu Santo que nos da la victoria (1 Corintios 15:57). Cuando cualquiera de nosotros enfrenta malentendidos, debemos pedirle a Dios que escudriñe nuestro corazón. Pero no permita, bajo ninguna circunstancia, que el dolor del malentendido lo saque de su asiento en lugares celestiales con Cristo Jesús, pues “Dios nos resucitó y nos hizo sentar con Él en las regiones celestiales, para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de Su gracia, que por Su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús” (Efesios 2:6-7). Incluso si estás sufriendo, permanece en los pasillos del cielo. Perdona, bendice y ora por todos los que te han lastimado y continúe haciéndolo. Sigue buscando a Aquel que te conoce mejor y te ama más. Mientras mantengas las manos limpias y un corazón puro ante Dios, corrigiendo cualquier cosa que el Señor te muestre si has lastimado a alguien o pecado, entonces los malentendidos de las personas vendrán y desaparecerán, pero tu identidad en Cristo, que se basa en Su sangre y Su Palabra, permanece para siempre. Querido Padre Celestial, elijo perdonar a todos los que me juzgaron, me criticaron y me castigaron sin conocerme realmente o por cualquier otra razón que pueda haber. Ayúdelos a ver las cosas como lo ves y ayúdame a seguir obedeciéndolo mientras camino en el amor hacia todos. Recuerda que Dios es tu Guía perfecto para la vida, quien tiernamente e intencionalmente te creó para este tiempo y lugar. Él vela por tus pasos y te enseña Sus caminos como se revela en Su Palabra. Además, Él es el Consolador, que promete caminar a tu lado para que nunca enfrentes los desafíos de la vida solo. Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. 1 Timoteo 1:17

Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo iré delante de ti Isaías 45:2

LOS NOMBRES DE DIOS,Y ÚLTIMA PARTE DE LOS NOMBRES DE DIOS