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Mostrando entradas de noviembre 5, 2015

Siete cosas que Dios aborrece-Pro 6:16-19

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Pro 6:16-19 Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos. Dios odia el pecado en cualquier forma, pero en Proverbios 6:17-19 enlista siete que son especialmente repugnantes para Él. Primero son los ojos altivos (v17), muestra a una persona orgullosa y arrogante con su nariz levantada y sus ojos levantados. El orgullo en su corazón se refleja en sus gestos. El orgullo está enlistado primero quizá porque es el corazón de toda rebelión en contra de Dios, comenzando con Lucifer mismo, quien clamó en contra de Dios: "Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo&q

LA OBEDIENCIA APRENDIDA EN LA ESCUELA DEL SUFRIMIENTO

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Hebreos 5:8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia Jesús aprendió obediencia en la escuela del sufrimiento. Al mismo tiempo, aprendió a orar en la escuela de la obediencia. Así como "la oración eficaz del justo puede mucho", también la vida recta que es obediente a Dios puede mucho. Los cristianos rectos, son cristianos obedientes. Pueden orar de forma efectiva, y así lograr grandes cosas cuando se acercan a Dios de rodillas. Recuerde que la verdadera oración no es solamente un sentimiento, una poesía, o un discurso elocuente, y no consiste solamente en decir dulcemente: "Señor, Señor." La oración no consiste en una estructura de palabras. No es solamente invocar un nombre. La oración es obediencia. Esta fundada en la firme roca de la obediencia a Dios. Solo aquellos que obedecen pueden orar de verdad. La obediencia debe respaldar siempre a la oración. La constante obediencia a la voluntad de Dios en el diario vivir es lo que le da a