Los pobres piadosos tienen grandes esperanzas Salmo 9:18
"Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente." La pobreza es una dura herencia; pero aquellos que confían en el Señor son enriquecidos por la fe. Ellos saben que no son olvidados por Dios; y aunque parezca que son pasados por alto en Su distribución providencial de cosas buenas, esperan un tiempo cuando todo esto será enderezado. Lázaro no siempre estará echado entre los perros a la puerta del rico, sino que tendrá su recompensa en el seno de Abraham. Incluso ahora el Señor recuerda a Sus hijos pobres pero preciosos. "Yo soy pobre y menesteroso; sin embargo, el Señor piensa en mí", dijo alguien en la antigüedad, y así es. Los pobres piadosos tienen grandes esperanzas.