Cristo Para las Naciones

Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra En ocasiones me impresiona cuánto pueden lograr las personas cuando creen en ellas mismas. Cuando trabajé en el programa espacial Apolo en 1960, ofrecimos un contrato por el transbordador espacial. La tecnología para construir el tipo de cohete que se necesitaría para impulsar ese tamaño de carga al espacio no se había desarrollado, pero la NASA creyó que si daba tiempo suficiente y recursos, se podía lograr. Diez años más tarde se logró. Algunos que creen solo en la ciencia muestran mayor fe que los cristianos. ¿Cuánto más podemos ser capaces de lograr si el objeto de nuestra fe es Dios?

Ester nos enseña que hay una mejor manera: aprende cómo entrar en la presencia del Rey y pide desde la posición de la relación íntima. 1 Reyes 1:15 -- 30 Betsabé intercede ante su marido el Rey David por su vida y por la vida de su hijo. David estaba próximo a morir, y había puesto a un lado la decisión de quién reinaría en su lugar, uno de sus hijos se estaba proclamando rey así que el Rey David proclamó rey sucesor a su hijo Salomón hijo de Betsabé. Si pones atención a las oraciones que le ofreces a Dios, quizá puedas notar que a veces tu pides o haces peticiones al Rey de Reyes basadas en el protocolo formal y del "argumento legal" de las Escrituras. Hasta cierto punto, esto es propio y bueno. De cualquier modo, todo se empeora cuando permitimos que la presunción, motivos equivocados, o egoísmo contaminen y se infiltren en nuestras peticiones al Señor.