Entonces claman al Señor en su angustia, y los libra de sus aflicciones. Salmo 107:28 

Fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción. Isaías 25:4 

Consuelo en el día de aflicción 

¿Quién pudiera llegar a una persona con palabras de verdadero consuelo cuando esta atraviesa el intenso dolor por la pérdida de un ser querido? Ninguno de nosotros escapa a vivir tales experiencias, y si no encontramos consuelo humano, sepamos que hay un verdadero consuelo en Cristo Jesús, el Hijo de Dios. Él quiere hablarle ahora en su dolor, porque le ama: “Con amor eterno te he amado” (Jeremías 31:3). No le dejará de ninguna manera en la soledad ahora que está pasando este momento tan difícil. Puede hacerlo así porque él es Jesús, el Señor y Salvador que usted conoce o debe conocer. Él puede hablarle de la muerte, porque es el dador de la vida. Piénselo, y abra su corazón, déjelo entrar en su vida, en sus circunstancias, deje que seque sus lágrimas y le dé consuelo y tranquilidad. Lea en la Biblia lo que Jesús dice a todos: “Al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37). “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados (de dolor, pena o angustia), y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Solo en Jesús encontrará lo que necesita. Él está a su lado y le dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). El Señor Jesús nunca ha dejado a nadie sumido en el dolor, cuando con un corazón contrito y humillado ha buscado su rostro. Aun en un momento de dolor, puede hablar a su corazón, porque él es la fuente del verdadero consuelo, que quiere darle. La Biblia atestigua de Jesús diciendo: “En toda angustia de ellos él fue angustiado” (Isaías 63:9). 

 La Buena Semilla

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