Fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir...

Fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo. 1 Pedro 1:18-19 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿... y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo. 1 Corintios 6:15, 19-20 Tú eres mío Bruno es cristiano desde hace algún tiempo. Es salvo y vive tranquilo. Tiene un carácter independiente y le gusta hacer sus cosas y organizar su vida como le parece, sin pedir la opinión de nadie. Pero cierta noche, una expresión de la Biblia llamó su atención: “No sois vuestros... habéis sido comprados por precio”. Pensativo, Bruno miró el bolígrafo que tenía en la mano. Él había comprado ese bolígrafo, por lo tanto le pertenecía y podía utilizarlo. Súbitamente Bruno se dio cuenta de lo que significa la expresión “comprados por precio”: Jesús lo había comprado, había pagado un precio por él. ¡Y qué precio!: su preciosa sangre, por lo tanto su propia vida. Bruno concluyó que él no era dueño de sí mismo, sino que era propiedad de Jesús. A partir de entonces tomó conciencia de que Jesús tiene derecho sobre su vida y sobre todos los detalles de su existencia. Se acostumbró a pedirle su opinión en cada situación. Esto no era una penosa obligación. Jesús había demostrado su amor al dar su propia vida en la cruz para redimirlo. Usted es feliz de ser salvo, tiene la vida eterna, pertenece a Jesús: escuche su voz en cada circunstancia, pequeña o grande. Siga las directrices de ese Maestro en un mundo difícil donde hay que vivir contra la corriente. ¡Y no olvide que nada nos puede separar de él! Fuente: La Buena semilla

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