Transgrediendo la Ley Real -Sant 2:9-11

Sant 2:9-11 pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley.

Mucha gente intenta justificar su pecado catalogando los pecados de acuerdo a su aparente severidad. Por ejemplo, decir una "mentirita" no es tan serio para ellos como mentir ante un tribunal, el hacer trampa en los impuestos no es tan serio como robar un banco. Otros ven la ley de Dios como una serie de mandatos individuales y asumen que pueden contrarrestar sus pecados al cumplir otras leyes de Dios. En el análisis final, si las leyes que no rompen sobrepasan las que sí, creen que todo va a estar bien.

Aparentemente algunos de ellos a quienes Santiago les escribe tenían los mismos malentendidos, creyendo que pecados como discriminación, parcialidad e indiferencia a los pobres no eran pecados tan serios como el asesinato o el adulterio. O quizá ellos creían que podían compensar su favoritismo al mantener la ley de Dios en otras áreas.

Ambos puntos de vista están mal y pueden ser condenados porque la ley de Dios no es una serie de mandamientos separados o una forma de obtener favor con Dios. Es una representación única de Su naturaleza santa. Aunque todos los pecados no son igualmente detestables o perjudiciales, desde la perspectiva de Dios cada pecado viola Sus estándares. Cuando rompes una ley, las rompes todas y te catalogas como un pecador y transgresor.

El pecado en verso 9 habla de "fallar en el blanco", caer del estándar santo de Dios. "Transgresores" se refiere a ir más allá de los límites aceptables. Unos dicen "no has estado a la altura" otros dicen "has ido demasiado lejos" ambos son violaciones iguales a la santidad de Dios. Debes ver todos los pecados como una afrenta u ofensa a Él y nunca agravar tu pecado al intentar esconderlo, justificarlo o contrarrestarlo con buenas obras.

Por John MacArthur

ORACIÓN

Señor, no puedo esconder mi pecado delante de ti, quiero confesártelo sabiendo que si los confieso y me aparto Tú eres fiel y justo para perdonarme y limpiarme de toda maldad (1 Juan 1:9), te confieso mi pecado y te doy las gracias por tu perdón, por la obra de Jesucristo en la cruz amén.