Cambiando nuestra manera de hablar -----Mateo 15:11, 18




no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre... Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre.

Aunque el Espíritu Santo nos da el poder de cambiar las palabras que hablamos, el deseo de cambiar viene del corazón. La Biblia dice:
Mat 12:33-37 O haced bueno el árbol y bueno su fruto, o haced malo el árbol y malo su fruto; porque por el fruto se conoce el árbol.
¡Camada de víboras! ¿Cómo podéis hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas.

Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
La palabra corazón en este pasaje no se refiere al músculo que bombea la sangre, sino a nuestros pensamientos, motivos, sentimientos, voluntad y carácter. Las palabras que se nos escapan de la boca revela la condición de nuestro interior. Jesús les decía a los fariseos que hablaban una cosa pero hacían otra.

No sé tú, pero yo cuando me enojo, no sale miel de mi boca, es en esos momentos de enojo, dolor o frustración que nuestra boca tiende a derramar lo que está dentro. Jesús dijo: ... Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre.

El libro de Proverbios tiene mucho que decir de la condición del corazón y cómo afecta lo que decimos:

Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de él mana la vida (Prov 4:23)

El hombre prudente oculta su conocimiento, pero el corazón de los necios proclama su necedad (Prov 12:23) (generalmente con sus palabras)

La ansiedad en el corazón del hombre lo deprime, mas la buena palabra lo alegra. (Prov 12:25)

El corazón del justo medita cómo responder, mas la boca de los impíos habla lo malo. (Pro 15:28)

La luz de los ojos alegra el corazón, y las buenas noticias fortalecen los huesos. (Pro 15:30)

El corazón del sabio enseña a su boca y añade persuasión a sus labios.

Panal de miel son las palabras agradables, dulces al alma y salud para los huesos. (Pro 16:23-24)

El que odia, disimula con sus labios, mas en su corazón acumula engaño.

Cuando su voz sea agradable, no lo creas, pues hay siete abominaciones en su corazón. (Pro 26:24-25)

¿Cómo anda tu corazón? Llenemos nuestro corazón de lo bueno para que puedan salir cosas buenas de nuestra boca, llena tu corazón de Dios y cosas maravillosas saldrán de tu boca.

Por Sharon Jaynes

ORACIÓN

Padre, quiero aprender a llenar mi corazón de tu voluntad y de todo lo bueno que tienes para mi, para que cuando hable pueda hablar de tu corazón, de tu amor, y no de cosas que dañen a los que me escuchen, en el nombre de Jesús, amén.

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