El Salvador Marcos 6:4
No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, entre sus familiares y en su casa. —Oye —dijo Daniel sacudiendo una llave inglesa en la cara de Alejandro—, no me vengas a decir que un tipo que vivió hace dos mil años, que pasó el tiempo andando por todas partes contando cuentos y vestido de una túnica blanca, puede importarme a mí hoy día. Hizo un gesto con el brazo, señalando el taller mecánico y los autos que tenía para arreglar. —No tengo tiempo para charlar de Jesús —continuó—. Me parece que Jesús está bien para las mujeres y los chicos a quienes les gustan los cuentos, y hasta es posible que se beneficien por ellos. Pero, ¿yo? No lo creo. Jesús no tiene nada que ver con alguien como yo, que tiene un taller mecánico lleno de autos descompuestos para componer. Daniel expresa lo que algunos opinan de Jesús, especialmente los que creen que son muy