Iglesia en Roma: Un Testimonio de Fe en Medio de la Tormenta

Roma, la Ciudad Eterna, es un lugar de contrastes. Aquí, la majestuosidad del Vaticano se alza imponente, rodeado de una vibrante vida urbana. La presencia de la Iglesia Católica es palpable en cada rincón, con numerosas iglesias y congregaciones que dan testimonio de la fe cristiana. Sin embargo, la vida en Roma también presenta sus desafíos, especialmente para aquellos que buscan congregarse y fortalecer su fe. En mi experiencia personal, he presenciado de primera mano las dificultades que se presentan para asistir a los cultos. Las huelgas de transporte público, las tormentas eléctricas y los fuertes vientos son sólo algunos de los obstáculos que se interponen en el camino. 

En una ocasión, me encontré esperando durante dos horas un autobús que nunca llegó debido a una huelga. Afortunadamente, un hermano en la fe se ofreció a llevarme a la iglesia en su vehículo. Esta experiencia me ha hecho reflexionar sobre la realidad de la Iglesia en Roma. No todos los hermanos tienen la posibilidad de contar con un medio de transporte propio, y muchos se ven obligados a enfrentar dificultades para asistir a los cultos. 
Algunos hermanos, incluso, no pueden asistir debido a enfermedades o accidentes. En mi caso, he sufrido una caída que me ha dejado con una fractura en la pierna y me impide asistir a mis clases de italiano y a los cultos.

 Es importante recordar que Roma es una ciudad con una fuerte presencia de otras religiones, como el Islam y el Budismo. Además, la Iglesia Católica se prepara para la celebración de una gran fiesta ecuménica en el 2025, lo que podría generar tensiones y desafíos adicionales. En medio de todas estas dificultades, es fundamental mantener la fe y la esperanza.

 El enemigo de nuestras almas busca constantemente obstaculizar el avance de la Iglesia Cristiana evangélica, pero sabemos que Dios está con nosotros.

 La Iglesia evangélica en Roma, a pesar de los desafíos, sigue siendo un faro de luz y esperanza, un lugar donde la fe se fortalece y se comparte. 

 Por ello, les pido que oren por los hermanos que estamos realizando la obra en Roma. Oren para que podamos superar las dificultades, para que la Iglesia siga creciendo y para que la palabra de Dios se siga extendiendo en esta ciudad tan llena de historia y de contrastes. Oren para que, a pesar de las tormentas, podamos seguir caminando en el amor de Jesucristo. Amén

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