NAVIDAD NO ES UN CUENTO: ES UNA DECLARACIÓN DE DIOS
NAVIDAD NO ES UN CUENTO: ES UNA DECLARACIÓN DE DIOS Jesús no nació para
embellecer una fecha ni para crear una tradición emotiva. Nació porque el mundo
estaba perdido… y lo sigue estando. La Biblia no presenta el pesebre como algo
tierno, sino como una señal: Dios entró en un sistema roto sin pedir permiso,
sin comodidades y sin aprobación humana. “Y ella dio a luz a su hijo
primogénito… y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos” (Lucas
2:7) Eso no ha cambiado. Hoy tampoco hay lugar para Él: hay espacio para
celebraciones, consumo, agendas llenas… pero no para rendición. Jesús nació para
confrontar el pecado, no para convivir con él. Nació para llamar al
arrepentimiento, no para tranquilizar conciencias. Nació para salvar, no para
entretener. “Fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al
mundo para salvar a los pecadores” (1 Timoteo 1:15) Navidad nos recuerda una
verdad incómoda: Si Jesús tuvo que nacer, es porque el ser humano no podía
salvarse a sí mismo. Para los niños, Jesús no es un personaje: es el Salvador
que quiere su corazón desde temprano. Para los jóvenes, no es un símbolo: es el
Señor que exige decisión y obediencia. Para los adultos, no es nostalgia: es un
llamado urgente a volver al propósito eterno. El pesebre apunta a la cruz. La
Navidad no termina en Belén; termina en el Calvario. Dios no vino a acompañarnos
en nuestra comodidad, vino a sacarnos de nuestra muerte espiritual. Hoy la
pregunta no es si celebramos Navidad, sino: ¿Qué hacemos con Jesús? Porque el
mismo Cristo que nació en humildad, volverá en gloria. Y no vendrá como un niño
indefenso, sino como Rey y Juez. “Hoy ha nacido un Salvador” (Lucas 2:11). La
pregunta es si lo hemos recibido como tal. Hoy Navidad nos pone frente a una
decisión, no frente a una emoción. El nacimiento de Jesús no pide aplausos,
exige respuesta. No basta con saber que Jesús nació. No basta con creer que fue
enviado por Dios. La pregunta eterna sigue siendo la misma: ¿Qué lugar ocupa
Cristo en tu vida hoy? Porque no hay neutralidad con Él. O lo recibimos como
Señor… o lo dejamos fuera, como aquella noche en Belén. “A lo suyo vino, y los
suyos no le recibieron” (Juan 1:11) Jesús nació para salvar, pero solo salva a
quienes se rinden. Nació para perdonar, pero solo perdona al que se arrepiente.
Nació para dar vida, pero solo al que muere a sí mismo. Hoy Dios no te invita a
una celebración más. Te llama a arrepentimiento, a rendición, a obediencia real
.
Si Jesús no gobierna tus decisiones, si no transforma tu manera de vivir, si no
confronta tu pecado, entonces no ha nacido en tu corazón, aunque celebres su
fecha. “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz
cada día y sígame” (Lucas 9:23) Este es el verdadero mensaje de Navidad: Dios se
hizo hombre para que el hombre deje de huir de Dios. Hoy es tiempo de volver. De
dejar excusas. De rendir el corazón completo. Porque el Niño del pesebre es el
Rey que viene. Y todavía hoy dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo…”
(Apocalipsis 3:20) La puerta está abierta. La gracia está disponible. Pero la
decisión es personal.

Comentarios
Publicar un comentario
hola..deja tu comentario aquí.....¡¡¡¡