Cristo Para las Naciones

Daniel 12:3 "Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. Aquí hay algo que debe despertarme. Vale la pena vivir para esto. Ser entendido es algo noble en sí mismo: en este lugar se refiere a un entendimiento divino que únicamente el propio Señor puede otorgar. ¡Oh, conocerme a mí mismo, y a mi Dios y a mi Salvador! ¡Que sea enseñado divinamente de tal manera, que pueda llevar a la práctica la verdad celestial y vivir a la luz de ella! ¿Vivo una vida sabia? ¿Estoy buscando lo que debo buscar? ¿Vivo como habría deseado vivir a la hora de mi muerte? Únicamente una sabiduría tal puede garantizarme un resplandor eterno como aquellos cielos iluminados por el sol. Ser un ganador de almas es un glorioso logro. Tengo necesidad de ser sabio si he llevar a alguien a la justicia; mucho más todavía si he de llevar a muchos. ¡Oh, he de tener el conocimiento de Dios, de los hombres,

Escuchen, mis queridos hermanos: ¿No ha escogido Dios a los que son pobres según el mundo para que sean ricos en la fe y hereden el reino que prometió a quienes lo aman? ¡Pero ustedes han menospreciado al pobre! ¿No son los ricos quienes los explotan a ustedes y los arrastran ante los tribunales? La riqueza y la pobreza no son necesariamente asuntos espirituales. Muchas personas ricas son buenos cristianos y muchos pobres no son creyentes. Pero generalmente hablando, Dios ha escogido a la gente pobre para esparcir Su reino. Jesús dijo: "es difícil que un rico entre en el reino de los cielos, es más fácil que pase un camello por el agujero de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos" (Mat 19:23-24) Esto es porque la gente rica tiende a ligarse con el mundo y a tener un sentido falso de seguridad. Muchos de ellos no solo rechazan a Cristo sino que persiguen a los creyentes (Sant 2:6-7)

Buenas Tardes AMIGOS De :PROMESAS DE DIOS PARA HOY, 10 Agosto 2015

"No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios." Si Dios así lo quisiera, nosotros podríamos vivir sin pan, de igual manera que lo hizo Jesús durante cuarenta días; pero no podríamos vivir sin Su Palabra. Por esa Palabra fuimos creados, y por ella únicamente podemos continuar existiendo, pues Él sostiene todas las cosas por la Palabra de Su poder. El pan es una causa segunda; el propio Señor es la primera fuente de nuestra subsistencia. Él puede obrar sin la causa segunda, así como con ella; y no hemos de sujetarle a un modo de operación. No debemos ser demasiado ávidos de lo visible, sino que hemos de mirar al Dios invisible. Hemos oído que algunos creyentes decían que, en la extrema pobreza, cuando el pan escaseaba, sus apetitos disminuían también; y para otros, cuando las provisiones comunes fallaron, el Señor les envió ayuda inesperada.

Cumplido el plazo fijado por el rey Nabucodonosor, y conforme a sus instrucciones, el jefe de oficiales los llevó ante su presencia. Luego de hablar el rey con Daniel, Ananías, Misael y Azarías, no encontró a nadie que los igualara, de modo que los cuatro entraron a su servicio. El rey los interrogó, y en todos los temas que requerían de sabiduría y discernimiento los halló diez veces más inteligentes que todos los magos y hechiceros de su reino. Dios siempre te capacita para la obra que Él requiere de ti. Daniel y los otros jóvenes deportados en el año 606 AC. recibieron tres años de intenso entrenamiento bajo la atenta mirada del comandante de los funcionarios del Rey Nabucodonosor. Al término de su entrenamiento, fueron presentados ante el rey para su evaluación.

Sant 1:27 La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones y conservarse limpio de la corrupción del mundo. En este versículo, Santiago da una práctica y penetrante valoración de la fe verdadera. Hasta ahora ha dicho, "no solamente estudies la Biblia, obedécela, no te limites a incursionar en una religión externa, ten un lenguaje puro", ahora añade, "no digas que eres religioso, demuestra amor sacrificial, no solo digas que amas a Dios, ten una vida pura" Declaraciones superficiales del cristianismo no significaban nada para él. Él quería ver buenas actitudes y acciones piadosas.

No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Las Escrituras están llenas de advertencias acerca del auto-engaño. Santiago 1:26 nos recuerda que nos engañamos si pensamos que somos religiosos pero no refrenamos nuestra lengua. No hay nada que aflija a Dios más que cuando hablamos mal en lugar de edificar con nuestras palabras. Nunca debemos utilizar nuestra lengua para desanimar a otros. En lugar de eso debemos edificar a otros con lo que decimos y por lo tanto dar gracia a los que nos escuchan. Si tu lengua está fuera de control, te estás engañando al creer que tienes una buena vida espiritual. También nos engañamos cuando pensamos que no cosecharemos lo que hemos sembrado (Gal 6:7) Como cristianos a veces pensamos que estamos exentos de este principio, pero no es así. Aunque nuestros pecados están perdonados, tenemos que vivir con los resultados y consecuencias de nuestros pensamientos, palabras y acciones ya sean buenas