La integridad prueba la fidelidad de Dios _Daniel 1:18-20

Daniel 1:18-20 Cumplido el plazo fijado por el rey Nabucodonosor, y conforme a sus instrucciones, el jefe de oficiales los llevó ante su presencia. Luego de hablar el rey con Daniel, Ananías, Misael y Azarías, no encontró a nadie que los igualara, de modo que los cuatro entraron a su servicio. El rey los interrogó, y en todos los temas que requerían de sabiduría y discernimiento los halló diez veces más inteligentes que todos los magos y hechiceros de su reino.
Dios siempre te capacita para la obra que Él requiere de ti.

Daniel y los otros jóvenes deportados en el año 606 AC. recibieron tres años de intenso entrenamiento bajo la atenta mirada del comandante de los funcionarios del Rey Nabucodonosor. Al término de su entrenamiento, fueron presentados ante el rey para su evaluación. Los resultados fueron realmente impresionantes. Todos aquellos que habían sido entrenados ninguno se comparaba a Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Más allá de eso, fueron encontrados diez veces mejores que todos los sabios de todo el reino de Babilonia. En consecuencia, a la edad de tan sólo diecisiete o dieciocho, ellos se convirtieron en siervos personales del rey.

¿Por qué estos jóvenes fueron superiores a sus compañeros? No era solo su entrenamiento ya que cada hombre había recibido la misma educación. La diferencia era su carácter y las provisiones fieles de su Dios quien les otorgó un conocimiento especial, inteligencia y sabiduría (v17). Eran tan justos y sabios que aún aquellos que no creían en su Dios fueron atraídos al conocimiento de calidad de sus vidas. Ese es el impacto que cada creyente debe tener con los que le rodean.

Dios quiere que vivas el estilo de vida que calla a aquellos que buscan difamarte a ti o a tu Dios (1 Pedro 2:15) y Él ha provisto todo recurso espiritual para que lo logres (2 Ped 1:3). Así que cuando vives con integridad, pruebas a otros que Dios realmente cumple Su obra en aquellos que le aman.

Por John MacArthur

ORACIÓN

Señor, gracias por tu Palabra, que me da el poder de hacer las cosas, gracias por tu Espíritu Santo quien me guía y enseña, quiero ser una persona íntegra y ser hallada más sabia que todos los que me rodean para tu gloria y honra, en Cristo Jesús, amén.