Éxodo 20:6 Llámalas "las diez libertades"

 Llámalas "las diez libertades"
 Éxodo 20:6 Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos.
  Hernán el cangrejo se lanzó furiosamente a través del fondo del mar y fue a parar debajo de la roca de su familia.
  — ¡Quiero ser libre! —gritó—. No sé por qué me hacen usar este grotesco caparazón 24 horas por día. Me siento atado, estoy atrapado.
  Federico, su papá, le colocó una de sus pinzas sobre el hombro. Hernán puso cara de víctima.
  —Hijo —le dijo su papá—, te quiero contar un cuento.
  — ¿Otro cuento?
  —Se trata de Haroldo, el humano —continuó Federico—. Haroldo estaba empecinado en ir a la escuela descalzo. Se quejaba de que los zapatos le apretaban demasiado. Por fin, su mamá accedió a sus deseos. Haroldo salió brincando de su casa, y pisó el vidrio de una botella rota. Le tuvieron que poner 20 puntos, y le dieron a otro chico su lugar en el equipo de fútbol.

  —Qué cuento tonto, papá —dijo Hernán.

  —Quizá, hijo, pero la lección es ésta: Todos los cangrejos han sentido que la vida sería mucho mejor si pudieran zafarse del caparazón. Pues bien, pronto te llegará la hora de hacerlo.

  Hernán lo miró sorprendido.
  —Así es. Se llama muda, y todos los cangrejos pasan por ese proceso al ir creciendo. Pero cuando sucede, estarás en más peligro que en ningún otro momento de tu vida. Hasta que tu nuevo caparazón se endurezca como el que tienes ahora, tendrás que andar con más cuidado que de costumbre. Sin este caparazón, tendrás menos, no más, libertad.
  —Qué raro es eso, papá —comentó Hernán—, algunas cosas parecen limitar la libertad, pero en realidad hacen posible más libertad, ¿no es cierto?
  Federico abrazó a Hernán con su pinza, y dijo:
  — ¿Desde cuándo sabes tanto, hijo?
  Algunos opinan que los Diez Mandamientos y las enseñanzas de Jesús nos quitan libertad. Ven las reglas de Dios como algo que los ata, como Hernán consideraba su caparazón. Pero la realidad es que las indicaciones de Dios brindan verdadera libertad a los que las siguen. Por ejemplo, obedecer el quinto mandamiento: "Honra a tu padre y a tu madre" (Éxodo 20:12), viene acompañado de la promesa de una larga y buena vida contando con las bendiciones de Dios.
  A lo largo de toda la Biblia encontramos que los mandatos de Dios nos dan una libertad increíble si respondemos a ellos. Prueba esto: Elige cualquier mandamiento de Dios, y es seguro que podrás pensar en algún beneficio que te brinda a ti y que le brinda a otros como resultado de vivir dentro de los límites sabios de Dios.

  Por Josh McDowell

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