Promesa de Dios para Hoy

2 Corintios 10:3-5

³ Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;
⁴ porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,
⁵ derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,

 Yo te daré mi poder de destruir fortalezas espirituales.
En la promesa del día de ayer en Éxodo 14:14, hablé de la importancia de aprender a estar quietos y ver la pelea del Señor en nuestro nombre. 
En la promesa de hoy de 2 Corintios 10:3-5, vemos una faceta diferente a la del diamante mismo. En este pasaje de la Escritura, el Apóstol Pablo nos exhorta a aprender a colaborar con el. Omnisciente, Omnipresente y Omnipotente que el poder reside en nosotros que nos dará poder para derribar cada fortaleza espiritual en nuestras vidas
Es evidente que Pablo nos recuerda que no hacemos la guerra como el mundo lo hace. 
Tenemos el poder de Dios vivo en nosotros que es poderoso para salvar.  
Nuestra parte en esta batalla es llevar cautivo todo pensamiento que se opone al conocimiento de Dios. Pero al igual que dije ayer, tenemos que entender que no podemos hacer esto con nuestras propias fuerzas, porque la batalla es del Señor.
Se nos llama en Romanos 12:2 No os conforméis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de la mente. Nuestra vida mental no redimida nunca estará de acuerdo con la mente de Cristo. La única manera de hacer frente a un pensamiento no redimido es llevarlo cautivo a la obediencia a Cristo por el poder del Espíritu Santo que vive  en nosotros,cuandosomos nacidos en Cristo.
Así que la próxima vez que un pensamiento negativo, nos aborde,  el pensamiento no redimido viene a la mente, animese de saber que Dios te ha dado el poder por su Espíritu para llevar ese pensamiento y hacerlo llegar a la sumisión al señorío de Cristo. Es Cristo en nosotros la esperanza de gloria que es (Colosenses 1:27) y Su plan es que todos seamos transformados a su imagen de gloria cada vez mayor a medida que contemplar su cara un día a la vez. (2 Corintios 3:18).
Dios te bendiga.