¿PORQUE NO SE CUMPLE LA PROMESA Hechos 16: 31 En Mi Fam. ?

La salvación de la familia es la idea de que los hogares o las familias completas son salvas simultáneamente. La salvación de toda la familia se logra a través de la fe del líder de la familia. Si el padre de familia o la cabeza del hogar se declara a si mismo cristiano, entonces él lidera un hogar cristiano, y por consecuencia todos los miembros de la familia son cristianos, sobre la base de la decisión del padre o el esposo. Según el concepto de la salvación de la familia, Dios salva a todo el núcleo familiar y no solamente a la persona que expresa su fe.
Una comprensión correcta de la enseñanza de la Biblia sobre la salvación del hogar, debe empezar con saber lo que la Biblia enseña acerca de la salvación en general. Sabemos que solo hay un camino para la salvación, y es por la fe en Cristo Jesús (Mateo 7:13-14; Juan 6:67-68; 14:6; Hechos 4:12; Efesios 2:8). También sabemos que el mandato para creer está dirigido a las personas y el acto de creer es una acción personal. Por lo tanto, la salvación sólo puede venir a un individuo que personalmente crea en Cristo. Creer en Cristo no es algo que un padre pueda hacer por un hijo o una hija. El hecho de que un miembro de una familia u hogar crea, no garantiza que el resto también creerán. Jesús mismo señala que a menudo el evangelio divide a las familias. En Mateo 10:34-36 Jesús dice, "No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa" Estas palabras comprometen por completo el concepto de la salvación de la familia. Si las personas son salvas como individuos, entonces ¿cómo vamos a interpretar esos pasajes de la Biblia que parecen contener una promesa de salvación para la familia? ¿Cómo podemos entender la necesidad que tienen las personas de creer para ser salvos y versículos como Hechos 11:14? En este pasaje se le promete a Cornelio que su familia sería salva. Primero que todo, como con cualquier otro pasaje de las Escrituras, debemos considerar el género o tipo de libro en el que esta situación sucede. En este caso, se encuentra en el libro de Los Hechos, una narrativa histórica de acontecimientos reales. Un principio relativo a la historia bíblica es que ningún evento se puede tomar de manera automática para ser aplicado en cada situación. Por ejemplo, Sansón tomó las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue y las subió a la cumbre del monte (Jueces 16:3), pero esto no significa que si nos dejamos crecer el cabello, seremos capaces de realizar las mismas hazañas. En Hechos 11, el hecho de que Dios le prometió a Cornelio que toda su familia sería salva, no significa que la misma promesa se aplica universalmente a todos los hogares a través de todos los tiempos. En otras palabras, Hechos 11:14 fue una promesa específica para una persona específica en un momento específico. Debemos ser cuidadosos al interpretar esas promesas como si fueran universales; no se deben separar de su contexto histórico. En segundo lugar, es importante saber cómo Dios cumplió Su promesa a Cornelio. En Hechos 10, Cornelio recibe a Pedro en su casa y dice: "todos nosotros estamos aquí" (Hechos 10:33). En otras palabras, toda la familia de Cornelio se reunió para escuchar todo lo que Pedro iba a predicar. Todos ellos escucharon el evangelio, y así mismo respondieron. Todos en la familia de Cornelio creyeron y fueron bautizados (Hechos 11:15-18). Esto es exactamente lo que Dios había prometido. La familia de Cornelio no se salvó porque Cornelio creyó, sino porque toda la familia creyó. Otro pasaje que contiene la promesa de salvación del hogar está en Hechos 16:31. Aquí el carcelero de Filipos le pregunta a Pablo y a Silas: "Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?" Los misioneros respondieron: "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa". Una vez más, esta promesa es dada a una persona específica en un contexto específico; sin embargo, aquí hay una promesa adicional que es claramente universal y abarca todos los períodos de tiempo y contextos. Esa promesa no es de la salvación de la familia, sino que es totalmente coherente con cualquier otro versículo en la Biblia que habla de la salvación. Es la promesa de que si usted cree en el Señor Jesús, "será salvo". Además, la salvación llegó al hogar del carcelero como resultado de escuchar la Palabra de Dios y de una respuesta individual por medio de la fe: Pablo y Silas "hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa" (Hechos 16:32). Toda la familia escuchó el evangelio. Todos ellos fueron salvos, tal como Dios lo había prometido, pero su salvación no fue porque eran miembros de la familia del carcelero sino porque creyeron por sí mismos en el evangelio. Un tercer versículo en el Nuevo Testamento que algunos utilizan para enseñar la salvación de la familia, es 1 Corintios 7:14: "Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos". Este versículo pareciera enseñar que un esposo o esposa que no es creyente, puede salvarse por causa de la fe que uno de ellos tenga en Cristo. También pareciera decir que sus hijos serán santos delante del Señor, porque uno de sus padres es salvo. Pero esa conclusión sería incoherente con la enseñanza general de las Escrituras. En este contexto, la palabra santificado no se está refiriendo a la salvación o ser santo delante de Dios. Por el contrario, se refiere a la santidad misma de la relación matrimonial. Pablo enseñó que los cristianos no deben estar en "yugo desigual" con los incrédulos (2 Corintios 6:14). El temor de algunos en la iglesia era que como ya estaban casados con incrédulos, por lo tanto estaban viviendo en pecado, su matrimonio no era "santo" y los hijos de esa unión eran ilegítimos. Pablo disipa sus temores: los creyentes que ya están casados con un inconverso deben permanecer casados mientras el incrédulo consiente en permanecer casado. No deben buscar el divorcio; su relación matrimonial es santificada (santa o apartada ante los ojos de Dios), basada en la fe del cónyuge creyente. Asimismo, los hijos de su matrimonio son legítimos a los ojos de Dios. El hecho de que 1 Corintios 7:14 no está hablando de la salvación del hogar, se observa claramente en la pregunta que Pablo hace en 1 Corintios 7:16: "Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?” Si la salvación de la familia fuera verdad, entonces la esposa ya habría sido salva (basado en la salvación del marido); Pablo no necesitaría referirse a un tiempo futuro para la salvación de ella. La Biblia no promete la salvación para el hogar. Pero eso no significa que un padre o madre piadosa no tenga una profunda influencia espiritual en los hijos de esa familia. El líder del hogar establece el curso para la familia en muchos aspectos, incluso espiritualmente. Con todo el corazón debemos esperar, orar y luchar por la salvación de nuestras familias. Hay muchas ocasiones cuando el Dios de Abraham se convirtió en el Dios de Sara, y luego en el Dios de Isaac y de Jacob. Como Charles Spurgeon, dijo: "Aunque la gracia no corre por la sangre, y la regeneración no es de sangre, ni de nacimiento, sin embargo sucede muy a menudo . . . pasa que Dios, por medio de alguien en un hogar, atrae el resto a Sí mismo. Él llama a una persona, y luego lo utiliza para ser una especie de señuelo espiritual para traer al resto de la familia a la red del evangelio".



 

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