Nunca le creas a una serpiente- Colosenses 1:21-22

  Col 1:21-22  Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él
  Mientras Miguel esperaba pacientemente con su papá en la línea para pagar en el mercado, no podía creer lo que estaba diciendo la señora detrás de él. Muy seria, le contaba con lujo de detalles a la persona que le seguía en la línea los asombrosos poderes de sanidad de los cristales de cuarzo, lindas piedritas que tenía alrededor de su cuello, piedras que brillan a la luz del sol como diamantes.
  —No he tenido ni un resfrío ni un dolor de cabeza en más de un año —declaró.
  La línea en el supermercado no es el único
lugar donde puedes encontrar estas ideas estrafalarias. Puedes encontrar esa forma de pensar en libros, periódicos, programas de TV y a veces aun en la escuela.
  Aquí van más maneras en que la gente se involucra con poderes milagrosos extraños:
  •   Un señor callado, con cara de inteligente, dice que puede comunicarse con animales: ballenas, delfines, pájaros, por medio de notas y piezas musicales.
  •   Un programa de TV afirma que puede ayudar a uno a comunicarse con sus familiares que han fallecido.
  •   Un ejecutivo toma decisiones comerciales basándose en antiguos principios chinos.
  •   Los chicos en una fiesta usan horóscopos y una mesa espiritista para contestar preguntas acerca de sus compañeros.
  •   Una mujer "recuerda" haber sido una princesa británica en el siglo XI.
  Estas son todas señales de una mezcla de ideas y creencias de un movimiento llamado Nueva Era. No es una religión ni un grupo organizado. Es una manera de pensar que se manifiesta de muchas maneras. Pero los que siguen las enseñanzas de la Nueva Era tienen en común una idea: Dicen que Dios es parte de todas las cosas, de modo que todos somos Dios. No es difícil ver el problema en esa creencia: Si todos fuéramos dioses, no necesitaríamos al Dios de la Biblia.
  Este concepto no es nuevo ni cierto. Se remonta al Jardín del Edén, donde Satanás apareció como una serpiente y les prometió a Adán y Eva que serían como dioses si comieran el fruto prohibido. Satanás mintió.
  La Biblia tiene un mensaje único. Tú y yo no somos dioses. No podemos convertirnos en dioses. El único Dios verdadero se hizo humano en la persona de Jesucristo y murió por nuestros pecados para que pudiéramos ser sus amigos. ¿No es increíble esta noticia? No tienes el poder para convertirte en un Dios, ¡pero puedes aferrarte al Cristo resucitado!

   

  Por Josh McDowell

   

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